"volare"



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"Cuento de navidad"





"AMOR PURO AMOR"

viernes, 18 de marzo de 2011

"APRENDAMOS A LEER DE LA MANO DE UN NIÑO"

LA LECTURA INFANTIL:
La lectura que hace el padre o la madre, o quizás el abuelo, a la hora de dormir al niño, cuando el niño abandona las ideas e inquietudes diarias para sumergirse en un mundo inventado solo para él, donde lo imposible es lo único posible, es permitir la comunión de las palabras con las ideas, ideas que hablan de que es posible crear imposibles, es posible.

LEER UN LIBRO ES UN DERECHO FUNDAMENTAL:
El hacer posible la lectura y a través de la Lectura, un mundo imaginado, es un derecho fundamental, es la llave que permite entrar al mundo de lo real de la mano de lo imaginario, hace más dulce la vida del niño permitiendole flotar dentro de su propio mundo. Permite la sensación de Libertad y de apropiación de nuestros sueños. Por ello la Lectura debe formar parte de todas las Agendas en pro del Desarrollo de los Pueblos.

ALLI DONDE NO HAY LECTURA NO CRECEN LAS PALABRAS:
Allí donde no hay Lectura, no crecen las palabras, donde no hay palabras no crece la imaginación y el espíritu se adormece en imposibles. La lectura permite despertar el lenguaje y profundizar los sentidos, la Lectura ha de tenerse como una línea transversal que atraviesa todas las posibilidades de aprendizaje, permite al ser humano su propia autoafirmación y liberación de forma continua y permanente.
La mano mueve la hoja para abrir el camino a nuevos conocimientos. Las páginas de un libro deben significar la entrada a mundos nuevos y también enriquecedores. El murmullo de la voz humana relacionada con un cálido abrazo, el encuentro de la mirada y la guía de una imaginación creativa, receptora y capaz de producir una nueva obra a medida que se avanza en la lectura de un cuento sencillo y placentero.

SIN LA LECTURA NO DISMINUÍMOS EL ANALFABETISMO DIGITAL:
Sin la práctica de la Lectura, de la Buena Lectura, no lograremos disminuir la brecha de analfabetismo tradicional existente, mucho menos la gran brecha que se abre con el creciente analfabetismo digital. Por mucho tiempo se ha considerado la educación como la mejor herencia que podemos dejar a nuestros hijos, consideremos que esta educación es proporcional a la calidad de Lectura que alcancen nuestros niños y jóvenes y esto depende de que nosotros empecemos a darles el ejemplo.
Retomemos esa hermosa tradición, trayendo de nuestras Bibliotecas un libro para leer en casa, atesorando los hermosos cuentos infantiles para la hora de dormir, que sus ojos, sus oídos, su olfato y todo su ser, se entregue a la beatitud del sueño creyendo que todo es posible, que él vale para ti ese tiempo dedicado a la Lectura y mucho más. Aprendamos a Leer de la mano de un niño.

domingo, 13 de marzo de 2011

"IMPORTANCIA DE LA LECTURA EN NUESTROS HIJOS"

Si leer le parece "aburrido"; es probable que de pequeño no le presentaran la lectura como una forma divertida de aprender, que además nos ayuda a desarrollar la imaginación, enriquece nuestro vocabulario, amplía el nivel cultural, desarrolla la agilidad mental, nos enseña cómo expresar mejor las ideas, aumenta la concentración y la memoria, nos enseña sobre el mundo que nos rodea, a ser más tolerantes y a llevarnos mejor con los demás. Todo ello incrementa nuestro desarrollo personal, emocional, académico, social y familiar.

¿Cómo fomentar el hábito de la lectura en nuestros hijos?

*** Cuando el niño recién empieza a decir sus primeras palabras, es importante que vea al libro como un juguete, que lo examine, que lo disfrute. Que le permita asociar imagénes con sonidos y letras. Así aprenderá a comunicarse.

*** Comparta momentos de lectura con su hijo (sobre todo cuando son niños pequeños), así desde el inicio, leer se convertirá en una actividad especial y divertida.

*** Se predica con el ejemplo:

Es muy motivador que los niños vean a sus padres leyendo y disfrutando de la lectura.

*** Reconozca qué tipo de lectura es la que prefiere su hijo y trate de motivarlo a leer sobre dicho tema.

*** Identifique dónde es que su hijo tiene alguna dificultad para poder ayudarlo, sobre todo cuando recién está empezando a leer.

*** Pídale que le comente sobre lo que ha leído, muéstrese interesado. Jueguen a imaginar diferentes finales o piensen qué otra cosa hubieran hecho ustedes si fueran "tal" personaje.

*** Mantenga la constancia:
Cada día se debe reservar un tiempo para leer, considerando siempre el momento favorito de lectura del niño y respetando su ritmo de lectura.

*** Establezca un espacio físico en la casa dónde el niño pueda guardar sus libros y/o dónde pueda sentarse a leer cuando lo desee (un estante, una caja especial / un mueble, una alfombra).

*** Estimule el acercamiento del niño con el libro, llevándolo a bibliotecas y librerías, donde escoja qué es lo que quiere leer. Regale libros de interés para el niño.

*** Escuchar a nuestros pequeños y responderles animadamente a cualquier pregunta espontánea que se les ocurra. De este modo conseguiremos que vayan aprendiendo sobre la lengua escrita y sobre los textos que usamos habitualmente.

Qué no hacer :

*** Obligarlo a leer.

*** No respetar los temas elegidos por el niño.

*** Interrumpirlo (mientras lee en voz alta) para decirle cuáles son sus errores. Espere a que el niño termine y señale en qué se equivocó o qué puede hacer para mejorar.

*** Pedirle un resumen de lo leído o una lista de palabras nuevas. Es mejor pedirle que cuente qué es lo que más le gustó de lo que ha leído o sugerirle que si no entiende alguna palabra, busque (o lo hagan juntos) su significado en el diccionario. Recuerde:
NO ES UNA TAREA.

*** Recordarle a cada instante los beneficios de leer.

*** Castigarlo si no quiere leer. No siempre estamos de humor para la lectura.

*** Aburrir al niño. Se debe escoger libros acordes a su edad y a sus gustos.

Libros según la edad :

Tipos de libros por tramos de edades:

Libros recomendados para niños de edades comprendidas entre los 0 y los 5 años:

- Libros de tela y plástico, blanditos y sin puntas.

- Libros de imágenes que les permiten identificar, comparar y nombrar.

- Libros-juego, que son aquellos que contienen diferentes texturas, efectos musicales y sonoros, de actividades manuales (pintar, dibujar, recortar, etc)

- Libros con imágenes y textos breves.

- Libros de poesías, adivinanzas, canciones y juegos de palabras.

Libros recomendados para niños de edades comprendidas entre los 6 y los 8 años:

- Libros con ilustraciones y mucho colorido.

- Libros de textos breves, con lenguaje claro y directo en narraciones sencillas, de tipografía grande.

- Libros de poemas, adivinanzas, trabalenguas, canciones, etc.

- Cuentos clásicos populares.

- Libros de consulta sobre temas relacionados con la naturaleza, el cuerpo humano, los animales, otras culturas, etc.

Libros recomendados para niños de edades comprendidas entre los 9 y los 11 años:

- Libros de textos, narraciones con diálogos, novelas infantiles, etc.

- Cómics y tebeos.

- Libros de aventuras, ciencia ficción, leyendas o relatos históricos, etc.

Libros recomendados para niños con edad superior a 12 años:

- Obras de teatro y libros de poesía.

- Libros con historias de acción, relatos de aventuras, viajes y descubrimientos, biografías de personajes ilustres, etc.

- Libros de misterio, historias de terror y policíacas.

- Libros de información científica y técnica.

Si regala un libro a un ser querido le estará invitando a viajar a un lugar diferente, a entrar en mundos maravillosos e imaginarios llenos de fantasía que le permitirán disfrutar de vivencias inolvidables de placer y evasión.

sábado, 12 de marzo de 2011

"LINDAMOR"



indamor merecía este nombre porque era una niña buena y bonita.

Todos la querían, y daba gusto verla correr por el jardín sin pisar las plantas, o cuando ayudaba a su mamá, obediente y calladita.

A veces quería inventar juegos.

-- Y ahora, ¿qué hago yo mientras tú lavas, mamá?

-- Jugar.

-- ¿Y a qué puedo jugar?

-- A las letras. A ver si recuerdas lo que te enseñé.

Y Lindamor saltaba alegremente cantando:
Con la a, mamá,

Con la e, bebé.

Con la i, sí.

Con la o, no.

Con la u, muuuu...

Una mañana, mientras Lindamor cantaba, la vaca negra de don Hilario, el vecino, asomó su cabezota sobre la tapia, muy enojada, creyendo que la niña se burlaba de ella.

-- ¿Por que no me dejas en paz? __le dijo.

-- ¿La molesto con mi canto? __respondió la niña__. Perdóneme. Y si no le parece mal, ¿no quiere que lo aprenda su hijito Ternerín?

Desde ese día Lindamor se hizo muy amiga de Negra, que así se llamaba la vaca. Negra era muy simpática y tenía un ternerito blanco y juguetón.

Cuando la mamá de Lindamor trabajaba en la casa o jardín, Lindamor, subiéndose a un banquito, daba manojos de hierba a Negra y a Ternerín.
A la niña le gustaba mucho la casa vecina; tenía un hermoso jardín, una huerta con árboles frutales y un pedazo de campo donde siempre había animales. Así conoció a Betún, un potro que no sabía estar quieto; a Belina, el perro salchicha, y a Muz, el gato persa.

Lindamor les tenía a todos mucho cariño y a cada rato le pedía a su mamá:

-- ¿Me das permiso para asomarme al jardín de la casa vecina, mamita?

-- Por ahora, sí. Pero no lo hagas cuando vuelvan los dueños, pues no les va a gustar que una niñita esté curioseando.

La mamá sabía que su nena era obediente y que cuando le dijera que no debía asomarse a la pared no lo haría más.

Mientras tanto, Lindamor charlaba asomada a la tapia con sus amigos. Belina daba grandes saltos queriendo alcanzarla. Betún corría de aquí para allá, muy contento. Muz se lavaba la cara con su patita gris, y negra y Ternerín repetían --Muuuuu, muuuu, muuuu.
Una mañana la mamá le dijo a Lindamor:

-- Han llegado los vecinos con sus tres nenas: Florinda, Flora y Flor. No debes asomarte, querida. No me gusta que piensen que eres una niña entrometida.

-- ¿Y no puedo decirles adiós a Betún, a Negrita, a Ternerín, a Belina y a Muz?

La mamá abrió unos ojos muy grandes, asombrada. Como su hijita nunca le había contado nada de aquellos animales, creyó que tenía fiebre y estaba como soñando despierta. Afligida, le puso la mano en la frente, y en ese momento Lindamor empezó a estornudar.

-- Atchís, atchis, atchís...

La nena tuvo que acostarse y vino el doctor Pandereta, que era muy alegre y nunca metía una cuchara en la garganta de los chicos.
El doctor Pandereta era muy viejecito y llevaba un traje verde con grandes bolsillos. En esos bolsillos había cosas lindas para los niños: pastillas de chocolate y de menta, autitos de plástico, paquetes de galletitas; en fin, una cantidad de cosas. Lindamor se puso contenta al ver a su amigo, el doctor Pandereta, que siempre le contaba cuentos.
--¿Quieres oír la historia de Cri-Cri?

-- ¿Quién es?

-- ¡Un grillito!

-- Ay, sí. A mí me gustan mucho todos los animales, doctor Pandereta, y ahora creo que me voy a enfermar porque mi mamita no deja que me asome a la casa vecina para ver a Negrita, a Ternerín, a Belina, a Betún y a Muz.
El doctor se rascó la frente, preocupado. Luego dijo:

-- Ya me contó eso tu mamá, Lindamor. Bueno, tu casa es ésta y no tienes para qué andar curioseando la del vecino. A ver si te sucede lo que le pasó a Cri-Cri, el grillito.

-- ¿Y qué le ocurrió, doctor Pandereta? ¿Me lo cuenta?

-- Le pasó que se cansó de su casita. ¿Y sabes dónde vivía?

-- ¿Cómo voy a saberlo?

-- Dentro de una rosa roja. Pero él siempre estaba con ganas de volar. Y una linda mañana de verano abandonó su casita. La rosa lo despidió diciéndole: Adiós, ingrato Cri-Cri, ya te acordarás de mí.

El muy pícaro no tardó en conocer todas las casitas de las flores. Pasó por la del Lirio, la de la Azucena, la del Clavel y la Margarita.

Y resulta que cierta vez Cri-Cri encontró una flor muy rara, con cinco pétalos, una flor que se movía mucho... Era la mano de Gugú, la nena del jardinero, que llamó a sus hermanitos, mientras encerraba al grillito entre sus dedos suaves:

-- Miren lo que tengo aquí:

Es un grillito amoroso. Lo llamaremos Cri-Cri.
Llegaron cinco chicos corriendo: uno comía una manzana; otro, un bizcocho; otro, un pedazo de torta, y el que chupaba un caramelo llevaba en brazos a un bebito que tenía un chupete.

-- ¿Y a que no sabes lo que querían?

-- No sé, doctor Pandereta.

-- Querían acariciar al grillito. Y el pobre pensaba : "¿Por qué me habré movido de mi casita de rosa, de mi jardín querido?"

"Ahora si que me muero por tonto y aventurero".

Gugú fue a la cocina, donde su mamá estaba pelando papas.

-- Mamita, ¿Me das una caja para guardar a un grillito que encontré? Los chicos quieren hacerle daño.

--¡No es cierto! Queremos acariciarlo, nada más.

-- Imagínate, Lindamor, cómo se sentiría Cri-Cri. Hasta que la señora vino con una cajita donde había algodón color rosa. Gugú dijo:

-- Voy a hacerle unos agujeritos a la cajita para que Cri-Cri pueda respirar.

Después le puso adentro y dejándolo sobre la heladera se fue a jugar con sus hermanitos a la ronda-catonga.

Cri-Cri se puso a llorar:

-- !Ay, Dios mío, qué frío...! Quiero salir de aquí, quiero volver a casa, Cri, Cri, Cri...

-- ¿Y qué paso, doctor Pandereta?

-- Pasó que cuando vino el abuelito de los chicos para servirse un vaso de leche vio la cajita sobre la heladera. Al abrirla, se encontró con el grillito, que temblaba de miedo. Sin decir palabra lo sacó de la caja con mucha suavidad y se fue con él al jardín y lo coloco sobre una dalia.
Claro que no entendió lo que el grillito le dijo:

--Muchas gracias, señor, por traerme a esta flor.

Pero él quería volver a su casita de la rosa y sólo después de un largo viaje pudo llegar a ella, muy cansado. De modo que ya lo sabes, Lindamor, nada de andar curioseando los jardines ni las casas vecinas. Hay que querer a nuestra casita, a nuestro jardincito, y ahora beberás una taza de chocolate bien caliente y mañana estarás sana.

-- Sí, doctor Pandereta, pero yo quiero ver a Negra, Ternerín, Betún, Belina y Muz, porque son muy buenos y son muy amigos míos.

Al ver que la niña seguía con su capricho, el doctor exclamó:

-- ¡Caracoles!

-- Los caracoles me dan lástima porque tienen que cargar siempre con su casita. __ Dijo Lindamor.

-- Cuando estoy preocupado digo ¡caracoles! Y ahora estoy pensando algo que te va a gustar de veras, Lindamor.

-- ¿Qué es doctor, qué es? ¡Dígamelo pronto, por favor!

-- Ahora verás. Ponte un vestidito limpio y péinate bien. Ya vuelvo.

Lindamor esperó impaciemte al viejecito, que no tardó en volver seguido por tres lindas chicas de la edad de Lindamor que la saludaron con un beso cada una.

El doctor Pandereta las presentó:

-- Estas son Florinda, Flora y Flor, tus vecinitas, quieren ser amigas tuyas, Lindamor.

-- Y vendrás a jugar con nosotras al jardín de casa -__dijo Florinda.

-- ¡Qué suerte! Voy a enseñarles una canción muy linda __respondió Lindamor.

Y al poco rato las cuatro niñitas cantaban en el jardín vecino:
Con la a, mamá.

Con la e, bebé.

Con la i, sí.

con la o, no.

Con la u, muuuu.

Y Negra y ternerín repetían alegremente:

muuuu, mientras Betún relinchaba, Belina saltaba y Muz se relamía la leche de sus bigotitos.
 
Cuento de Maria Alicia Dominguez.

"EL PAIS DE LAS LETRAS PERDIDAS"‏ "LA A"

Ana, Ernesto, Ignacio, Olguita y Ubaldo no eran amigos, pero quiso la suerte que un día se encontraran en el País de las Letras Perdidas. ¿Tú no has oído hablar de ese país? Entonces vamos a conocerlo juntos viajando con Ana, Ernesto, Iganacio, Olguita y Ubaldo.



NA
Ana había perdido la letra de su nombre y de su pequeño asno. Alguien, posiblemente Bichuco el Soñador, le dijo que viajara al País de las Letras Perdidas, pues allí las encontraría.

Fue así que partieron Anita y su asno. No lo hicieron en tren, ni en taxi, ni en barco, ni en avión. Sólo se sentaron quietecitos en el suelo, cerrando los ojos, pensaron mucho y, ¡allí estaban!¡Qué corto el viaje! Era un país muy raro. No había gente por las calles y sólo tenía cinco edificios: El Palacio de Justicia, el Asilo, la Escuela, la Casa de Aseo y Limpieza y el Hospital. De pronto se oyó un sonoro golpeteo de pasos militares: ¡Top!, ¡Top!...
-- ¡Vienen soldados! ¡Qué lindo! __dijo Ana palmoteando.

Era un ejército de tizas nuevecitas que marchaban por la oscura calle de pizarra.

Un borrador en jefe las dirigía y a él se acercó Anita para preguntarle por sus letras perdidas.
-- Vete al Palacio de Justicia. Allí las encontrarás __le aseguró el Borrador.

Dentro de este edificio, severo y muy colorado, estaba el juez. Era su excelencia el Lápiz Rojo.

Ana le explicó a qué venían ella y su asno, y el Lápiz Rojo la escuchó atentamente. Luego llamó a su ayudante Sacapuntas, que apareció acompañando a las letras de Anita y de su asno.

¡En qué estado estaban las pobres letras! De tan débiles apenas se distinguían.

-- ¡Mira! __gritó enojado el juez.__ ¡Has borrado tanto tus letras que ya ni se las ve!

Ana pidió perdón y lloró tanto que el Lápiz Rojo se compadeció.

-- Te devolveré tus letras, pero te castigo por un mes a trabajar sin goma de borrar.

¡Justa la sentencia! Y el juez fue tan bueno que pintó con su propio color rojo las letras de Ana y de su asno dejándolas como nuevas. Aquí las tenemos:

La letra del asno, pequeña y redondita:
y la letra de Ana, igual a la otra pero grandota porque es mayúscula y se usa en los nombres de personas:
A ti que viajaste con ellos te dejo de tarea, para que dibujes en tu cuaderno la letra:
Cuando Ana y su asno salieron del Palacio de Justicia se encontraron en la calle de pizarra con:

ERNESTO .
 
Cuento de Matilde Muras.

"EL PAIS DE LAS LETRAS PERDIDAS"‏ "LA E"




RNESTO
Ernesto era un niño dormilón que hizo el viaje con su elefante de paño. Los dos habían perdido las letras de sus nombres y se dirigieron al País de las Letras Perdidas para encontrarlas. ¿Dónde? Pues en el Asilo, les había dicho el Borrador en jefe. Y ahí estaban ahora. La directora del Asilo era la señorita Disciplina, y su ayudante, el mago Atención. Ernesto explicó a la señorita Disciplina a qué venían y ella lo miró largo rato en silencio.

-- Tú no has perdido la letra de tu nombre. Sólo las has olvidado porque eres distraído y dormilón. Pero por suerte esto se arregla fácilmente.
La señorita Disciplina llamó entonces al Mago Atención y éste tocó tres veces la cabeza de Ernesto con una larga varita mientras decía estas mágicas palabras:

-- No te duermas en la clase;

no vivas, niño, en la luna;

piensa, piensa en lo que haces;

a la una, una, una, a la una, dos y tres.

De este modo Ernesto recordó en seguida la letra de su nombre y de su elefante.

Estas eran:

La letra del elefante:
y la letra de su nombre, Ernesto, también "e" pero más bonita y adornada por que es mayúscula:
Te dejo otra tarea para que dibujes en tu cuaderno las dos letras:
Con sus letras ya recobradas Ernesto y su elefante salieron del Asilo y se encontraron en la calle de pizarra con:

IGNACIO .
 
Cuento de Matilde Muras.

"EL PAIS DE LAS LETRAS PERDIDAS"‏ "LA I"



GNACIO
El pobrecito Ignacio, con sus ojotas agujereadas, su poncho zurcido y su fiel amiga la pequeña iguana, venía de la estancia los Choclos. Los dos buscaban las letras perdidas de sus nombres. En realidad, no puede decirse que las hubieran perdido, pues nunca las habían conocido.

-- Si no conocen las letras de sus nombres deberán buscarlas en la Escuela.--les había dicho el Borrador en jefe.Y a la escuela fueron.

El indiecito Ignacio se quitó la pluma cuando entraron en el aula. ¡Qué verguenza sentían!

-- No se averguencen __ les dijo el señor puntero, dueño y señor de la Escuela--. Nunca es tarde para aprender.

Y haciéndolos sentar en pupitres lustrados les mostró las letras de sus nombres.
-- Tu primera letra, iguana, es ésta:
y la tuya, Ignacio, más grande porque es mayúscula. ¡Mírala!
Así conocieron Iganacio y la iguana las primeras letras de sus nombres, y luego las escribieron del mismo modo como tú las escribirás en tu cuaderno:
Felices ya de tener letras tan bonitas, Ignacio y su pequeña iguana salieron de la Escuela y se encontraron en la calle de pizarra con:

OLGUITA .

Cuento de Matilde Muras.

viernes, 11 de marzo de 2011

"EL PAIS DE LAS LETRAS PERDIDAS"‏ "LA O"



LGUITA
Con su oso de felpa tomado de la mano, Olguita la revoltosa entró en el Palacio del Aseo. El señor Secante, jefe de la tinta y señor de los cuadernos, le dio la bienvenida.

-- Tu letra pronto estará lista __le dijo el Secante__, pero será la ultima vez que la limpiemos.

Prometió Olguita ser más cuidadosa y por fin apareció la letra de su oso, que es así:
y luego la letra de su nombre, Olga, más bonita porque es mayúscula:
Lamentablemente, estaban tan manchadas de tinta que ni lindas parecían.

El señor Secante besó las dos letras y __¡Qué maravilla!__ la tinta se secó.

En seguida su ayudante, Frasquito Lavandina, volcó un poco de su contenido en los horribles manchones ¡y las manchas desaparecieron!

Escríbelas tú en tu cuaderno con cuidado y sin mancharlas.
¿Recuerdas las letras ya aprendidas?
Con sus letras limpias salió Olga del Palacio del Aseo y se encontró en la calle de pizarra con:
UBALDO .
Cuento de Matide Muras.

"EL PAIS DE LAS LETRAS PERDIDAS"‏ "LA U"



BALDO
La urraca de Ubaldo era un pájaro muy travieso. Cuando el pobre Ubaldo, que era un chico muy estudioso, hacía sus deberes, la urraca se divertía picoteándole las letras. Por eso Ubaldo estaba ahora en el País de las Letras Perdidas.

La letra de la urraca, que es ésta :
y la de su nombre, Ubaldo, que es así:
estaban en el Hospital. La pícara urraca las había lastimado con su pico.
-- Las letras que buscas no tienen cura __le dijo el doctor Insuficiente, especialista en letras maltrechas__. He consultado con el doctor Mal y el doctor Bien y ellos piensan como yo. Pero eres muy buen alumno y te regalaremos dos letras iguales, nuevas, como premio a tu aplicación.

Ubaldo y la urraca salieron contentos del Hospital con las dos letras regaladas.

Si quieres ser buen alumno com Ubaldo escribe en tu cuaderno las letras y no dejes que la urraca te picotee lo que escribes.
Así, pues, del País de las Letras Perdidas:

Anita con la              : A

Ernesto con la          : E

Iganacio con la         : I

Olguita con la          : O

Ubaldo con la          : U
volvieron del viaje sin otro equipaje que :
urraca con la       : u

osito con la          : o

iguana con la       : i

elefante con la     : e

y el asno con la   : a
digamos otra vez ligero y al revés :
Cuento de Matide Muras.

martes, 8 de marzo de 2011

"CUENTOS Y CUENTITAS NÚNERO UNO"‏


-- ¡Paquito! ¡Paquito! ¿qué haces ahí subido?

Paquito bajó de la ventana, cruzó la calle y entró corriendo en su casa.

-- ¡Papá! ¡Papito! __llamó Paquito.

El padre lo miro sonriendo.

-- ¿Qué te pasa, querido?

-- ¡Papito! ¡Si tú hubieras visto lo que yo vi!... Estaba trepado en la ventana de la escuela de enfrente y miraba hacia adentro. La maestra dibujaba en el pizarrón un palito largo para abajo y otro corto para allá. ¿Qué es, papá?

-- Si prometes no treparte más a las ventanas te explicare que es eso que la maestra dibujó en el pizarrón. Es un número uno. Dibujo una pelota y escribo así:
-- ¡Qué lindo, papá! Yo quiero ir a la escuela .

-- No puedes ir porque eres muy pequeño. El año que viene irás. En cambio, te contaré hermosos cuentos para que con ellos aprendas los números que tanto deseas saber.

-- Yo, que soy el hada Aritmética, pequeñita y sabihonda, y que vivo escondida en el cuaderno, escuché las historias del padre de Paquito. Y a ti, mi querido niño que lees este libro, a ti te las contaré. Escucha, pues.
Cuento de Matilde Muras.

"CUENTOS Y CUENTITAS NÚMERO DOS"

Don piquete, el hornero, había terminado de construir su casa de barro y paja.

-- ¡Qué linda casa tienes! __le dijo el gorrión.

-- Pues a mí no me gusta. Su color es feo y se ve tan opaca y triste... Me gustaría pintarla de rojo y azul.

-- "¡Qué disparate!", pensó el gorrión, pero como era su amigo le informó que si quería pintura debía pedirla a la señora Primavera. Ella entendía de esas cosas.

Don Piquete se alejó. Caminó días y noches, hasta que una mañana de septiembre encontró por fin a la señora Primavera.

-- Señora Primavera __dijo Piquete__, ¿me podría vender usted pintura roja y azul para pintar mi casa?

-- No te la vendo, te la doy. Aunque cosa muy extraña será ver un nido de hornero pintado, seré muy feliz al ver tu casa coloreada.

Aquí tienes:
Dos tarros de pintura para tu casa te alcanzará.

Como la señora Primavera llevaba un libro de cuentas anotó:
de pintura entregados a don Piquete, el hornero.

Por eso, amigo mío, cuando viajes en tren observa los postes del camino. Si tienes suerte verás la casa de don Piquete pintada de rojo y azul.
 
Cuento de Matilde Muras.

"CUENTOS Y CUENTITAS NÚMERO TRES"

El mono Pancho era muy sabio, por eso durante muchos años fue el maestro de todos los animales de la selva.

Pero ahora estaba viejo y cansado. Decidió, pues, no trabajar más. Había que nombrar entonces un nuevo maestro.

Pero, ¿A quién? Se les ocurrió hacer un concurso para elegir al más sabio de los animales y nombrarlo

maestro de la selva. Pancho, el viejo mono, sería el juez.

Una mañana se reunieron todos bajo los árboles.

El mono sabio hizo pasar al primer concursante. Era éste un oso pardo que mostró su sabiduría escribiendo en la tierra un enorme número : 1
Pero no sabia hacer nada más. Por supuesto, el oso no fue aceptado. De pronto Pedrín, un monito pequeño y gritón, pidió que le dejaran demostrar lo que sabía. El león lo miró con desprecio y le tapó la boca con su pataza.

Se adelantó luego un elefante. Formó con su trompa un gigantesco número: 2
Mas no sabía escribir otra cosa.

Muchos animales desfilaron ante el mono juez, pero ninguno conocía el número tres.

-- ¡Yo sí sé el número tres! __gritó nuevamente Pedrín, el monito chillón.

Esta vez sí que lo oyó el mono sabio, y por fin pudo el monito demostrar lo que sabía.

Coloco en el suelo:
1 coco, 1 coco y un coco más.

-- Tengo entonces tres cocos __dijo el monito, porque :
Y éste es el número tres :
De más está decirte que Pedrín fue nombrado el mono maestro más joven de toda la selva.
 
Cuento de Matilde Muras.

"MUÑECA DE TRAPO"



"Muñeca de trapo,

bella cuando era nueva

hoy tirada en un rincón

con lazos descoloridos

ojos de un triste mirar.


¿Quién en ese estado te dejo?

¿Quién tu belleza no supo valorar?

¿Quién te dejo tirada en un rincón?

¿Quién rompió tu corazón

muñeca de triste mirar?

Vestida de tul raído por el uso

mejillas coloradas,

aun estando abandonada

quizá por vergüenza

de estar botada en un rincón.

Ya tu dueña te dejo

por otra muñeca nueva

¿De qué sirve quejarse

del destino que te toco?

¿muñeca de triste mirar?.

Esa era la queja de una muñeca de trapo, cuando vio que su dueña la cambio por una muñeca nueva y la dejo en un desván, era una muñeca de ojos verdes y una mirada que destrozaba el corazón, tenia las trenzas desechas, el vestido sucio, descalza pero aun así conservaba su belleza. Pero pasado los años, cuando su dueña, que ya era toda una señorita, al limpiar el desván la encontró y recordó lo feliz que fue con aquella muñeca, dijo: ¡Así como yo fui feliz contigo, así que sea feliz otra niña!, la tomo entre sus manos , lavo a la muñeca, la peino y le puso lazos nuevos en sus trenzas, cambio el vestido viejo por otro nuevo y le puso zapatitos de gamuza. La llevo a un orfelinato para donarlo, pasado un tiempo en el cumpleaños de una niña abandonada, fue envuelta en papel de regalo, la muñeca quedo a oscuras hasta que escucho la voz de su nueva dueña, una niña inocente de cinco años, feliz de tener una muñeca de trapo, desde aquel día la muñeca de triste mirar, tenía el corazón contento porque aprendió que su destino era hacer feliz a las niñas sin importar que cuando crezcan la abandonen en un rincón.

Este cuento es mi aporte a la niñez espero que sea del gusto de ellos. No soy escritora pero es lo que me nace y lo pongo en estas lineas. (Ana Salazar)

Derechos reservados. Si te gusta, puedes copiarlo con el nombre del autor.



"CUENTOS DE LOS HERMANOS GRIMM" el soldado piel de oso parte 01





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