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"Cuento de navidad"





"AMOR PURO AMOR"

sábado, 12 de marzo de 2011

"EL PAIS DE LAS LETRAS PERDIDAS"‏ "LA A"

Ana, Ernesto, Ignacio, Olguita y Ubaldo no eran amigos, pero quiso la suerte que un día se encontraran en el País de las Letras Perdidas. ¿Tú no has oído hablar de ese país? Entonces vamos a conocerlo juntos viajando con Ana, Ernesto, Iganacio, Olguita y Ubaldo.



NA
Ana había perdido la letra de su nombre y de su pequeño asno. Alguien, posiblemente Bichuco el Soñador, le dijo que viajara al País de las Letras Perdidas, pues allí las encontraría.

Fue así que partieron Anita y su asno. No lo hicieron en tren, ni en taxi, ni en barco, ni en avión. Sólo se sentaron quietecitos en el suelo, cerrando los ojos, pensaron mucho y, ¡allí estaban!¡Qué corto el viaje! Era un país muy raro. No había gente por las calles y sólo tenía cinco edificios: El Palacio de Justicia, el Asilo, la Escuela, la Casa de Aseo y Limpieza y el Hospital. De pronto se oyó un sonoro golpeteo de pasos militares: ¡Top!, ¡Top!...
-- ¡Vienen soldados! ¡Qué lindo! __dijo Ana palmoteando.

Era un ejército de tizas nuevecitas que marchaban por la oscura calle de pizarra.

Un borrador en jefe las dirigía y a él se acercó Anita para preguntarle por sus letras perdidas.
-- Vete al Palacio de Justicia. Allí las encontrarás __le aseguró el Borrador.

Dentro de este edificio, severo y muy colorado, estaba el juez. Era su excelencia el Lápiz Rojo.

Ana le explicó a qué venían ella y su asno, y el Lápiz Rojo la escuchó atentamente. Luego llamó a su ayudante Sacapuntas, que apareció acompañando a las letras de Anita y de su asno.

¡En qué estado estaban las pobres letras! De tan débiles apenas se distinguían.

-- ¡Mira! __gritó enojado el juez.__ ¡Has borrado tanto tus letras que ya ni se las ve!

Ana pidió perdón y lloró tanto que el Lápiz Rojo se compadeció.

-- Te devolveré tus letras, pero te castigo por un mes a trabajar sin goma de borrar.

¡Justa la sentencia! Y el juez fue tan bueno que pintó con su propio color rojo las letras de Ana y de su asno dejándolas como nuevas. Aquí las tenemos:

La letra del asno, pequeña y redondita:
y la letra de Ana, igual a la otra pero grandota porque es mayúscula y se usa en los nombres de personas:
A ti que viajaste con ellos te dejo de tarea, para que dibujes en tu cuaderno la letra:
Cuando Ana y su asno salieron del Palacio de Justicia se encontraron en la calle de pizarra con:

ERNESTO .
 
Cuento de Matilde Muras.

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"MUÑECA DE TRAPO"



"Muñeca de trapo,

bella cuando era nueva

hoy tirada en un rincón

con lazos descoloridos

ojos de un triste mirar.


¿Quién en ese estado te dejo?

¿Quién tu belleza no supo valorar?

¿Quién te dejo tirada en un rincón?

¿Quién rompió tu corazón

muñeca de triste mirar?

Vestida de tul raído por el uso

mejillas coloradas,

aun estando abandonada

quizá por vergüenza

de estar botada en un rincón.

Ya tu dueña te dejo

por otra muñeca nueva

¿De qué sirve quejarse

del destino que te toco?

¿muñeca de triste mirar?.

Esa era la queja de una muñeca de trapo, cuando vio que su dueña la cambio por una muñeca nueva y la dejo en un desván, era una muñeca de ojos verdes y una mirada que destrozaba el corazón, tenia las trenzas desechas, el vestido sucio, descalza pero aun así conservaba su belleza. Pero pasado los años, cuando su dueña, que ya era toda una señorita, al limpiar el desván la encontró y recordó lo feliz que fue con aquella muñeca, dijo: ¡Así como yo fui feliz contigo, así que sea feliz otra niña!, la tomo entre sus manos , lavo a la muñeca, la peino y le puso lazos nuevos en sus trenzas, cambio el vestido viejo por otro nuevo y le puso zapatitos de gamuza. La llevo a un orfelinato para donarlo, pasado un tiempo en el cumpleaños de una niña abandonada, fue envuelta en papel de regalo, la muñeca quedo a oscuras hasta que escucho la voz de su nueva dueña, una niña inocente de cinco años, feliz de tener una muñeca de trapo, desde aquel día la muñeca de triste mirar, tenía el corazón contento porque aprendió que su destino era hacer feliz a las niñas sin importar que cuando crezcan la abandonen en un rincón.

Este cuento es mi aporte a la niñez espero que sea del gusto de ellos. No soy escritora pero es lo que me nace y lo pongo en estas lineas. (Ana Salazar)

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