
Y ahora aprendamos el número que a Castorete le salvó la vida.
Pintémoslo de rojo, pongámosle un marquito y coloquémoslo en sitio de honor Aquí está...












Dicen que una vez una mujer le preguntó a Einstein qué hacer para que sus hijos fueran más inteligentes y Einstein le respondió:
Cuenta una antigua leyenda, que un niño que estaba por nacer le pregunto un día a Dios :
¡Me dicen que mañana me vas a enviar a la tierra! ¿pero cómo viviré tan pequeño e indefenso como soy?
Monstruos que surgen de debajo de la cama o que aparecen detrás de la cortina apenas cierran los ojos para dormir, emergen en la imaginación de los niños a partir de los tres años. Esta situación que puede parecernos graciosa es el miedo a la oscuridad, muy común entre nuestros hijos.
Papi, ¿cuánto ganas?, dijo el pequeño con voz tímida fijando sus ojos en su agotado padre que llegaba del trabajo.
Un padre económicamente acomodado, queriendo que su hijo supiera lo que es ser pobre, lo llevó para que pasara un par de días en el monte con una familia campesina.
Una hija se quejaba con su padre acerca de su vida y de cómo las cosas le resultaban tan difíciles. No sabía como hacer para seguir adelante y creía que se daría por vencida. Estaba cansada de luchar. Parecía que cuando solucionaba un problema, aparecía otro.



No hay comentarios:
Publicar un comentario