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Un día Colino encontró en el jardín cuatro raíces gordas que Fernando pensaba plantar esa tarde.
El cachorro olfateó las raíces, pero como su nariz no funcionaba bien por el resfrío quedó convencido de que lo que había encontrado eran cuatro sabrosos huesos.
Sin pensarlo más, Colino enterró dos bajo la parra y dos junto al portón.
Pasó la mañana y Fernando buscó sus raíces para plantarlas porque al día siguiente irían al campo por un mes. Buscó y buscó por todos lados, pero no la encontró.
Y se fueron no más. ¡Qué lindas vacaciones pasaron!
Transcurrieron los días demasiado rápido y por fin llegó el momento de volver a casa.
Viajaron de noche. Colino fue el primero en bajar del auto, y tras él Fernando abrió el portón.
Cuál no sería su sorpresa al ver allí dos hermosas plantas de dalias rojas y bajo la parra dos plantas de dalias amarillas :
que es igual a cuatro plantas. Así :
No, mamá no las había plantado. ¡Vaya misterio!
Sólo tú y yo sabemos que Colino fue el improvisado jardinero que enterró las cuatro raíces desaparecidas.
Cuento de Matilde Muras.
Dicen que una vez una mujer le preguntó a Einstein qué hacer para que sus hijos fueran más inteligentes y Einstein le respondió:
con un mensaje y claro de aprender el numeral 4
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