El mono Pancho era muy sabio, por eso durante muchos años fue el maestro de todos los animales de la selva.
Pero ahora estaba viejo y cansado. Decidió, pues, no trabajar más. Había que nombrar entonces un nuevo maestro.
Pero, ¿A quién? Se les ocurrió hacer un concurso para elegir al más sabio de los animales y nombrarlo
maestro de la selva. Pancho, el viejo mono, sería el juez.
Una mañana se reunieron todos bajo los árboles.
El mono sabio hizo pasar al primer concursante. Era éste un oso pardo que mostró su sabiduría escribiendo en la tierra un enorme número : 1
Pero no sabia hacer nada más. Por supuesto, el oso no fue aceptado. De pronto Pedrín, un monito pequeño y gritón, pidió que le dejaran demostrar lo que sabía. El león lo miró con desprecio y le tapó la boca con su pataza.
Se adelantó luego un elefante. Formó con su trompa un gigantesco número: 2
Mas no sabía escribir otra cosa.
Muchos animales desfilaron ante el mono juez, pero ninguno conocía el número tres.
-- ¡Yo sí sé el número tres! __gritó nuevamente Pedrín, el monito chillón.
Esta vez sí que lo oyó el mono sabio, y por fin pudo el monito demostrar lo que sabía.
Coloco en el suelo:
1 coco, 1 coco y un coco más.
-- Tengo entonces tres cocos __dijo el monito, porque :
Y éste es el número tres :
De más está decirte que Pedrín fue nombrado el mono maestro más joven de toda la selva.
Cuento de Matilde Muras.
"Cuento de navidad"
"AMOR PURO AMOR"
martes, 8 de marzo de 2011
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"MUÑECA DE TRAPO"
"Muñeca de trapo,
bella cuando era nueva
hoy tirada en un rincón
con lazos descoloridos
ojos de un triste mirar.
¿Quién en ese estado te dejo?
¿Quién tu belleza no supo valorar?
¿Quién te dejo tirada en un rincón?
¿Quién rompió tu corazón
muñeca de triste mirar?
Vestida de tul raído por el uso
mejillas coloradas,
aun estando abandonada
quizá por vergüenza
de estar botada en un rincón.
Ya tu dueña te dejo
por otra muñeca nueva
¿De qué sirve quejarse
del destino que te toco?
¿muñeca de triste mirar?.
Esa era la queja de una muñeca de trapo, cuando vio que su dueña la cambio por una muñeca nueva y la dejo en un desván, era una muñeca de ojos verdes y una mirada que destrozaba el corazón, tenia las trenzas desechas, el vestido sucio, descalza pero aun así conservaba su belleza. Pero pasado los años, cuando su dueña, que ya era toda una señorita, al limpiar el desván la encontró y recordó lo feliz que fue con aquella muñeca, dijo: ¡Así como yo fui feliz contigo, así que sea feliz otra niña!, la tomo entre sus manos , lavo a la muñeca, la peino y le puso lazos nuevos en sus trenzas, cambio el vestido viejo por otro nuevo y le puso zapatitos de gamuza. La llevo a un orfelinato para donarlo, pasado un tiempo en el cumpleaños de una niña abandonada, fue envuelta en papel de regalo, la muñeca quedo a oscuras hasta que escucho la voz de su nueva dueña, una niña inocente de cinco años, feliz de tener una muñeca de trapo, desde aquel día la muñeca de triste mirar, tenía el corazón contento porque aprendió que su destino era hacer feliz a las niñas sin importar que cuando crezcan la abandonen en un rincón.
Este cuento es mi aporte a la niñez espero que sea del gusto de ellos. No soy escritora pero es lo que me nace y lo pongo en estas lineas. (Ana Salazar)
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