RNESTO
Ernesto era un niño dormilón que hizo el viaje con su elefante de paño. Los dos habían perdido las letras de sus nombres y se dirigieron al País de las Letras Perdidas para encontrarlas. ¿Dónde? Pues en el Asilo, les había dicho el Borrador en jefe. Y ahí estaban ahora. La directora del Asilo era la señorita Disciplina, y su ayudante, el mago Atención. Ernesto explicó a la señorita Disciplina a qué venían y ella lo miró largo rato en silencio.
-- Tú no has perdido la letra de tu nombre. Sólo las has olvidado porque eres distraído y dormilón. Pero por suerte esto se arregla fácilmente.

-- No te duermas en la clase;
no vivas, niño, en la luna;
piensa, piensa en lo que haces;
a la una, una, una, a la una, dos y tres.
De este modo Ernesto recordó en seguida la letra de su nombre y de su elefante.
Estas eran:
La letra del elefante:



IGNACIO .
Cuento de Matilde Muras.
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