Aquélla mañana había en el circo una gran expectación motivada por la espera de la señora Elefanta, un elefantito iba a nacer.
-¿Cómo será? Seguro que es el elefantito más lindo del mundo.
Y llegó. Todas las elefantas se reunieron en torno del pequeño y empezaron los comentarios...-¡Qué orejas más grandes!
-¡Si parece que va a echar a volar!
-¡Bueno, basta de chismorreos!, cada uno es como es, más vale que os dediquéis a vuestras cosas, ala, ¡fuera de aquí! Ea mi niño.....no hagas caso tesoro....que eres el elefante más bonito que existe......¡Envidia, eso es lo que tienen!
El circo siguió su marcha por diversas ciudades y nuestro buen Dumbo, que así se llamaba el elefantito ayudaba según sus fuerzas en los quehaceres del mismo. Un día, durante el desfile, Dumbo, que iba el último agarrado a la cola de su mamá, se pisó las orejas y.....¡zas! cayó dando volteretas.
-¡Jajaja!
-¡Se ha pisado las orejotas!
-¡Jajaja!
-Malas, crueles, burlarse así de mi pobre niño.....¡Ahora veréis!
La mamá de Dumbo la emprendió a trompazos con las otras elefantas. Tanto se enfadó que los guardianes de los animales, creyendo que había enloquecido, la encadenaron y la encarcelaron en una jaula muy fuerte. Dumbo lloraba:
-¡Mamá, mamaíta, ¿dónde estás? Ven mamaíta, tengo mucho miedo, no quiero estar solo. En esto apareció Carioco, el ratoncito que vendía los caramelos y las palomitas en los descansos del circo.
-Pero Dumbo ¿Qué te pasa, por qué lloras?
-No está mi mamá, la han encerrado y me han dejado solito. ¿Qué voy a hacer yo ahora?
-No te preocupes, desde este momento estás bajo la protección de Carioco, ya verás como arreglamos las cosas.
Pero no iba a ser tan fácil. El director del circo quiso hacer trabajar a Dumbo como payaso, y para él eran todos los golpes y las bromas más pesadas.........le enchufaban con mangueras, le tiraban tartas de nata, se burlaban de sus descomunales orejas y nuestro buen Dumbo se sentía muy infeliz........
-¡Ay, Carioco! Si mi mamá estuviera aquí para protegerme........pero como estoy solo y soy pequeño........por eso abusan.
-Vamos, vamos Dumbo, no te entristezcas.....ya vendrán tiempos mejores. Mira vamos a darnos un paseito por el campo, esta tarde no hay función y la tenemos libre. ¿Quieres?
-Bueno....lo que tu digas....eres muy bueno conmigo.....si no fuera por ti.....tú eres el único que me quiere.
Dumbo tomó con la trompa a Carioco y montándole sobre su lomo y charla que te charlarás, anduvieron por el campo hasta que se hizo de noche. Carioco ya se había dormido hace rato y Dumbo acabó durmiéndose también. A la mañana siguiente......
-Dumbo, ¡Despierta Dumbo! ¿Qué hacemos aquí? ¡No mires para abajo!
-Uhmmmmm.....¿eh.....qué pasa? ¡Ay!
¿Qué había pasado? ¡Oh, prodigio!. Estaban dormidos en las ramas de un espeso árbol.
-Carioco, ¿Cómo hemos subido hasta aquí? Yo no sé trepar y tú no tienes fuerzas para subirme.
-Pues no creo que hayamos subido volando. Estate quieto, no te muevas, voy a enterarme. ¡Eh, señor cuervo! ¿No habrá visto usted por casualidad anoche cómo hemos subido mi amigo Dumbo y yo a este árbol?
El cuervo explicó que efectivamente la noche anterior iba Dumbo medio dormido y tropezó con una raíz, para no caerse agitó las orejas y sin darse cuenta se elevó por los aires, yendo a caer en las ramas del árbol en donde habían pasado la noche, quedándose inmediatamente dormidos.
-¿Has oído Dumbo? ¡Has volado! Esto te abre un campo enorme dentro del circo. Ya estoy viendo los titulares....."Dumbo, único elefante volador del mundo, lo nunca visto".
-Sí pero.....¿cómo bajamos ahora?....
-¿Cómo que cómo bajamos? Pues como hemos subido.....¡Volando! mueve las orejas como hacen los pájaros con las alas.
El buen Dumbo comenzó a mover sus enormes orejas y empezó a remontarse como si fuera un helicóptero.....Subió, bajó, volvió a subir y a bajar y cuando vió que lo conseguía.......
-¡Ay, Carioco, qué alegría, esto funciona, mira arriba, abajo, a la derecha, a la izquierda.........puedo volar......puedo volar..................!
Loco de alegría, planeó jugueteando y riendo y sin dejar de mover las orejas se encaminó hacia el circo donde llegó, siendo la admiración de todos y la envidia de los demás elefantes que ya no se burlaban de él. El director vió enseguida la mina de oro.
-Poco a poco señor director, yo soy el manager de Dumbo, el único elefante volador. Tendremos que hacer un nuevo contrato; Mi artista pondrá ahora nuevas condiciones.
Y así fue, se redactó un nuevo contrato ventajosísimo para Dumbo, y la primera cláusula fue que su mamá fuera puesta en libertad.
-¡Hijo, qué alegría!
Lloraba de alegría estrechando entre sus patas a su hijito al tiempo que con su trompa acariciaba y daba besos a su pequeño.
-Mamá, qué contento estoy. Otra vez juntos, y ahora para siempre. Ya no habrá quien nos separe.
El circo Dumbo, pues así cambió de nombre tomando el de su estrella principal, obtuvo un éxito inenarrable recorrió el mundo entero y el "Elefante volador" como se le conocía, salió en las portadas de todos los periódicos y revistas. Las televisiones y emisoras de radio se disputaban sus opiniones. Pero nadie fue más feliz que la mamá de nuestro héroe al ver que ya nadie se burlaba de su hijito.
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