Había una vez una princesa que vivía en un palacio muy grande.
El día en que cumplía trece años hubo una gran fiesta, con trapecistas, magos, payasos... pero la princesa se aburría.
Entonces, apareció un enano, un enano muy feo que daba brincos y hacía piruetas en el aire.
El enano fue todo un acontecimiento.
"Bravo, bravo" decía la princesa aplaudiendo y sin dejar de reír, y el enano, contagiado de su alegría, saltaba y saltaba, hasta que cayó al suelo rendido.
"Sigue saltando, por favor" dijo la princesa.
Pero el enano ya no podía más.
La princesa se puso triste y se retiró a sus aposentos...
Al rato, el enano, orgulloso de haber agradado a la princesa, decidió ir a buscarla, convencido de que ella se iría a vivir con él al bosque.
"Ella no es feliz aquí" pensaba el enano.
"Yo la cuidaré y la haré reír siempre".
El enano recorrió el palacio, buscando la habitación de la princesa, pero al llegar a uno de los salones vio algo horrible.
Ante él había un monstruo que lo miraba con ojos torcidos y sanguinolentos, con unas manos peludas y unos pies enormes.
El enano quiso morirse cuando se dio cuenta de que aquel monstruo era él mismo, reflejado en un espejo.
En ese momento entró la princesa con su séquito.
"¡Ah estas aquí, qué bien! Baila otra vez para mí, por favor".
Pero el enano estaba tirado en el suelo y ya no se movía.
El médico de la corte se acercó a él y le tomó el pulso.
"Ya no bailará más para vos, princesa" le dijo.
"¿Por qué?" preguntó la princesa.
"Porque se le ha roto el corazón".
Y la princesa contestó:
"De ahora en adelante, que todos los que vengan a palacio no tengan corazón".
"Cuento de navidad"
"AMOR PURO AMOR"
sábado, 2 de octubre de 2010
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"MUÑECA DE TRAPO"
"Muñeca de trapo,
bella cuando era nueva
hoy tirada en un rincón
con lazos descoloridos
ojos de un triste mirar.
¿Quién en ese estado te dejo?
¿Quién tu belleza no supo valorar?
¿Quién te dejo tirada en un rincón?
¿Quién rompió tu corazón
muñeca de triste mirar?
Vestida de tul raído por el uso
mejillas coloradas,
aun estando abandonada
quizá por vergüenza
de estar botada en un rincón.
Ya tu dueña te dejo
por otra muñeca nueva
¿De qué sirve quejarse
del destino que te toco?
¿muñeca de triste mirar?.
Esa era la queja de una muñeca de trapo, cuando vio que su dueña la cambio por una muñeca nueva y la dejo en un desván, era una muñeca de ojos verdes y una mirada que destrozaba el corazón, tenia las trenzas desechas, el vestido sucio, descalza pero aun así conservaba su belleza. Pero pasado los años, cuando su dueña, que ya era toda una señorita, al limpiar el desván la encontró y recordó lo feliz que fue con aquella muñeca, dijo: ¡Así como yo fui feliz contigo, así que sea feliz otra niña!, la tomo entre sus manos , lavo a la muñeca, la peino y le puso lazos nuevos en sus trenzas, cambio el vestido viejo por otro nuevo y le puso zapatitos de gamuza. La llevo a un orfelinato para donarlo, pasado un tiempo en el cumpleaños de una niña abandonada, fue envuelta en papel de regalo, la muñeca quedo a oscuras hasta que escucho la voz de su nueva dueña, una niña inocente de cinco años, feliz de tener una muñeca de trapo, desde aquel día la muñeca de triste mirar, tenía el corazón contento porque aprendió que su destino era hacer feliz a las niñas sin importar que cuando crezcan la abandonen en un rincón.
Este cuento es mi aporte a la niñez espero que sea del gusto de ellos. No soy escritora pero es lo que me nace y lo pongo en estas lineas. (Ana Salazar)
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la primera vez que escuché este cuento fue en la pelicula Tesis
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