Había una vez un unicornio que tenía un problema, y es que él no sabía qué era lo que tenían que hacer los unicornios. Un día salió decidido a saber qué era lo que hacía un unicornio, y para ello decidió observar a los demás por si aquello le daba una pista.
Dicho y hecho, comenzó a andar por el bosque encantado y se topó con una rana que croaba en su charca. El unicornio se dijo:
- Las ranas croan en su charca, ¿Y qué hace un unicornio?.
Siguió caminando y se encontró con un gran dragón verde que estaba asando castañas con su aliento de fuego. Y el unicornio se dijo:
- Las ranas croan en su charca, el dragón verde asa castañas... ¿Qué es lo que hace un unicornio?
Y continuó andando, y se encontró con un duende que se dedicaba a pintar el arco iris de los más bellos colores. Y el unicornio se dijo:
- Las ranas croan en su charca, el dragón verde asa castañas, el duende pinta el arco iris,... ¿Y qué es lo que hace un unicornio?. -
El hada del bosque se compadeció de él y le dijo:
- Si las ranas croan en su charca, los dragones asan castañas y los duendes pintan el arco iris, un unicornio salva princesas.
Y el unicornio se puso muy contento porque ya sabía lo que tenía que hacer. No muy lejos de allí estaba el laberinto del Ogro, y el unicornio se enteró de que tenía una princesa cautiva allí. Y como sabía lo que tenía que hacer un unicornio, se dirigió a salvarla de las garras del Ogro. Tras muchas penurias y aventuras el unicornio consiguió engañar al Ogro y rescató a la princesa.
Y la princesa resultó ser la hija del rey Neptuno, soberano de los mares. La princesa le invitó a que le acompañase a ver su reino. El unicornio se quedó encantado con aquel lugar. El rey Neptuno, agradecido por que había rescatado a su hija le concedió la gracia de quedarse en el mar para siempre y lo convirtió en Narval.
No hay comentarios:
Publicar un comentario