"volare"



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"Cuento de navidad"





"AMOR PURO AMOR"

lunes, 7 de junio de 2010

....."EN BUSCA DE LA FORTUNA"

Hubo una vez una madre que vivía sola con sus tres hijos. No tenían mucho, ni siquiera para comer apenas,por lo que la madre,muy preocupada,habló con su hijo mayor.

-Hijo- le dijo.-Estamos muy mal de bienes y provisiones desde que faltó tu padre, lo sabes,y yo ya estoy muy mayor como para intentar conseguir algo más que llevarnos a la boca que no sea sólo una hogaza de pan al día, con suerte.Saldrías tú,hijo, a buscar nuestra fortuna,es decir,la tuya,la mía y la de tus hermanos?-

Contaba el mayor de los hermanos con 18 años.

-Pff,no sé.Será muy difícil con estas ropas y esta educación que me has dado tan miserable.Pero está bien,lo intentaré,aunque no te prometo nada- Dijo al fin.

Y es que pensó que allí no iba a tener más que hambre,y afuera,pues quien sabe si encontraría algo más.Nunca se sabía...
La madre,esperanzadísima de ver al hombretón de la casa dispuesto,le dijo que para su viaje sólo podía darle diez hogazas de pan,que era toda la harina de la que disponía en esos momentos,y ellos,aún así, iban a pasar mucho hambre. El mayor las aceptó con mala cara,pensando que sólo le valdrían para diez días.

-Y luego qué?-Se preguntaba.-Además,gastaré más energía sólo caminando que estos vagos aquí en la casa, que sólo hacen que moler y llevar a la vaca a pastar-.

Pero no dijo nada, por temor a su madre,y partió,celebrando para sus adentros las lágrimas en los ojos de su familia por su partida con una sonrisilla de triunfo,al sentirse el objeto de la atención.

-Lo conseguiré- Afirmó rotundo,dándose aires mientras se alejaba.-No os preocupeis más-.

Echó a andar por la vereda,y al poco le salió al encuentro una mujer viejísima, decrépita,vestida de negro,famélica,que le suplicaba un poco de comida,acaso una ciruela, o una nuez.Pero el chico,haciendo gala de su malévola soberbia,le gritó iracundo que se apartase. La vieja insistió un poco,balbuceando,y él le contestó que qué se creía ella, que sólo disponía de diez hogazas para un larguísimo viaje,y no iba a desperdiciar ni una sola miga en dársela a una vaga moribunda como ella.

Dicho esto continuó andando de lo más molesto con aquella mujer harapienta,dejándola atrás.

-Pues entonces,vaya negocio hago!-Decía.-Así, qué fácil es comer! Vamos! Ni que fuese yo un imbécil!-.

Al poco rato decidió atajar por la linde del bosque,pues era el más experto montero según él,y así llegaría antes y estaría a salvo de los forajidos que asaltaban en los caminos y de los que estaba seguro acechaban por allí cerca.Iba pensando qué tipo de trabajo aceptaría y qué tipo no, cuando cayó en una trampa para osos.Desesperado,pidió ayuda a gritos,pero nadie le escuchaba allí,tan apartado del camino como se encontraba.A los cuatro días de haber caído,estando aterrorizado a veces ante su muerte lenta y segura,y otras envalentonado ante su creída valía para salir airoso de estos trances,y habiéndose comido ya cinco hogazas de pan y bebido cinco litros de agua de su cantimplora, por aburrimiento puro y para intentar tener más fuerza para salir,cayó esta vez un tremendo oso pardo,el cual lo devoró en el acto,pues encima estaba hambriento.Encima,este oso,que era muy listo, se sirvió de sus restos como escalera para poder salir de aquella trampa.
La madre,al ver que pasaban los meses y no regresaba ni se tenían noticias sobre el hijo mayor,le pidió lo mismo al segundo,que tenía 16 años. El niño le contestó diciendo que sí, que lo haría. La madre le dijo que sólo podría darle cinco hogazas de pan,pues cada vez tenían menos de todo. El chaval no era muy comilón, menos que el hermano mayor,pero receló porque a su hermano le había dado diez y a él según él, siempre le tocaba menos de todo.Pero se calló y no dijo nada,como era costumbre también en su hermano.

El chico partió con cierta melancolía. Le dio pena sobretodo por la comodidad de la casa,y por la vaca.

Él no era ambicioso,pero la verdad es que casi se morían de hambre.Y morir de hambre era muy malo!.Partió asegurando volver,mientras su madre y hermano pequeño lo despedían con dolor.

En la vereda encontró a la decrépita vieja. Le suplicó acaso un pedazo de pan,a lo que él le respondió de forma educada que no podía hacer eso,aunque no lo dudaría si tuviera más provisiones.

-Nada menos que me dio la mitad de lo que le dio a mi hermano mayor,que por cierto,el muy bribón se ha marchado y nos ha dejado en la estacada,sabe usted?.-

-Por favor... voy a morir de hambre!!! -le espetaba la vieja,con lágrimas en los ojos.

-Señora,por favor,ya le he dicho que no puedo. Le ruego se aparte,no sea que la acabe pisando sin querer-. Le respondió él.

Dejó a la vieja atrás,y se fue pensando en cuál iba a ser su porvenir,pues lo veía difícil,y sobretodo en lo malo que había sido su hermano mayor y en la carga que le había dejado a él,sin sopesar siquiera que quizás estuviese en serios apuros,pues siempre había prejuzgado a los demás, pensando mal de ellos.Sacó entonces su morral y comió un poco de su pan,aunque era más bien por entretenerse por el camino,pues no sentía hambre. En esto,un bandolero que esperaba escondido junto a las ramas de un gran tejo,le asaltó quitándole la ropa y el pan, y al creer que lo engañaba diciéndole que no llevaba nada más,lo mató sin piedad. No sintió apenas dolor,pues su muerte fue en el acto.
La madre ya no sabía que pensar al cabo de dos meses de haber partido su segundo hijo.Y eso que a éste le había pedido noticias sobre su estado, y de en qué población iba a trabajar,en cuanto llegase.Pero no ocurría nada.Y si les había pasado algo? No era posible. No a los dos!. Demasiada mala suerte sería esa.Eran sus hijos y los amaba como tales,no podía evitar no preocuparse.Miró al pequeño con ternura y compasión. No se atrevía a pedirle nada a él, que sólo contaba con 13 años.

Pero el pequeño adivinó los pensamientos de su madre,y sin decirle nada preparó su morral,su cinto y su capa. La madre lo vio tan atareado que le preguntó qué se disponía a hacer. El chico le contestó que partir en busca de la Fortuna,como habían hecho los mayores,aunque él le juraba desde ya regresar. La madre le preguntó una vez más qué pensaba él sobre lo que había podido suceder,a lo que el niño repondió como siempre que no habría sido culpa de ellos,seguramente,y restándole importancia para no preocupar a su madre.

-Lo malo,hijo-le dijo-es que si partes sólo te puedo dar dos hogazas de pan,y yo me quedo sin harina en el molino-.

-De ninguna manera,madre- Quédate tú con una- le respondió él.

-No hijo,pues temo que tus hermanos no hayan vuelto por haberme estimado demasiado exigente y avara,y hayan decidido quedarse con su salario sin repartir entre su molesta familia. No querían creer que era todo cuanto teníamos.Tú eres demasiado pequeño para intentar un trabajo,pero aun así,porque eres listo y bueno,confio en ti. Te doy todo cuanto hay de comida. No queda ni un gramo de harina en el costal.Pero si no marchas, igual moriremos de hambre aquí,pues encima la vaca ya está vieja,y apenas da leche para una persona-.

-Está bien,cogeré las dos-le respondió.

Pero en el último momento le dejó una escondida en la valla,junto a la puerta.Confiaba en que la viese!.Si no,se la comería la vaca,o los pájaros.Bueno,sería igualmente aprovechada por alguien,pero prefería que fuese por su madre,pues los demás podían comer otras cosas.

Caminando iba cuando la flaca vieja le salió del borde del camino con la mano extendida. El chico pensó entonces que lo mejor hubiese sido traer ese pan. No llegó a imaginar que podría haber una pordiosera por allí (Nota;pordiosera significa "que pide por Dios").Aun así,de inmediato sacó la hogaza y cortó con la mano la mitad de su pan,dándoselo,sin que la vieja le llegase a pedir nada todavía,pues aún no le había dado tiempo.

Y es que bastaba con sólo mirarla para darse cuenta de que era una pobre mujer flaquísima y debilitada por el hambre. La anciana dijo un sibilante "gracias,que Dios pagará",y desapareció con el trozo de pan por entre la maleza. El chico se quedó pensando en esa mujer, pasando por alto su larga caminata de dias y dias con tan sólo media hogaza de pan.

-Bah!-decía-Yo soy joven y me puedo encaramar a un nogal y coger unas nueces,o agacharme para rebuscar unas setas.Esa pobre mujer estaba tan vieja... aun tenía que haberle dado todo el pan!-

Se giró y ya no la vió. Ni rastro de ella. La llamó y no contestó.

-Bueno-dijo-pues nada-.Y siguió.

Al poco de seguir caminando,tropezó con un saliente en mitad del camino,cayendo estrepitosamente, y haciéndose mucho daño en la rodilla izquierda y en el rostro. Al mirar qué piedra le había hecho caer,descubrió un objeto metálico en su lugar,enterrado casi por completo.Con una vara dura de roble que había allí cerca,consiguió retirar gran parte de la tierra que la cubría, consiguiendo descubrir qué era.Parecía un ánfora de cobre.Tiró del asa llena de barro seco y zas! apareció una antigua vasija metálica que contenía doblones y escudos de oro.
No dando crédito a lo que veían sus ojos,corrió en dirección a su casa, donde aguardaba angustiadísima su pobre madre.Qué sorpresa más grata! Jamás hubiese imaginado algo así! Se alegraba tanto por haber encontrado todo ese oro de una forma tan increíblemente fácil e inesperada... no era por la riqueza que prometía por lo que se sentía exultante,si no por poder dejar atrás los problemas tan graves que les causaba su cruda pobreza. Su madre así viviría muchos más años,con cuidados y medicinas,y no tendría que hacer nunca más esfuerzos. La vaca tendría un establo en condiciones para su edad. Los pájaros tendrían casitas de madera,porque él mismo tendría mucho tiempo para fabricarlas,una en cada rama.Y habría fruta abundante para todos...

En la vereda estaba sentada una bella mujer joven, que el chico no reconoció, y aun así saludó apresuradamente,tirándole unas monedas,sólo por compartir su felicidad. La doncella le dio las gracias,riendo.

Esta joven había sido otrora la anciana pordiosera.Era en realidad una poderosísima Hada, enviada por el Cielo, disfrazada para la ocasión de juzgar, en la hora que les tocaba, a esa familia de campesinos humildes.A la madre ya la había probado un año atrás; Una vez, en la aldea, esa mujer le ofreció su brazo libre cuando vio que la anciana no podía caminar bien, y le dio a beber toda el agua fresca que necesitó del ánfora que acarreaba con sumo esfuerzo.Ahora les había tocado el turno a los hijos,y tras padecer tanta miseria, estaba claro que sólo la madre y el pequeño de los tres hermanos se habían ganado el derecho a vivir dignamente y en paz, siendo merecido de sobra por su altruismo y caridad, a pesar de su extrema pobreza. En cuanto al mayor y al mediano,por mezquinos, necios y avaros,siendo el mediano en menor grado,habían encontrado su justo final cada uno,al no haber aprendido de su propia miseria y de lo bello que es sentir el Amor de los demás.
En la casa lo vieron llegar desde lejos corriendo,gritando y riendo a la vez. La vaca soltó un mugido de alegría.Los pájaros trinaron de nuevo. La madre lloró de verdadera felicidad.

Ese sí que era su Hijo,que relucía como el oro que traía.

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"MUÑECA DE TRAPO"



"Muñeca de trapo,

bella cuando era nueva

hoy tirada en un rincón

con lazos descoloridos

ojos de un triste mirar.


¿Quién en ese estado te dejo?

¿Quién tu belleza no supo valorar?

¿Quién te dejo tirada en un rincón?

¿Quién rompió tu corazón

muñeca de triste mirar?

Vestida de tul raído por el uso

mejillas coloradas,

aun estando abandonada

quizá por vergüenza

de estar botada en un rincón.

Ya tu dueña te dejo

por otra muñeca nueva

¿De qué sirve quejarse

del destino que te toco?

¿muñeca de triste mirar?.

Esa era la queja de una muñeca de trapo, cuando vio que su dueña la cambio por una muñeca nueva y la dejo en un desván, era una muñeca de ojos verdes y una mirada que destrozaba el corazón, tenia las trenzas desechas, el vestido sucio, descalza pero aun así conservaba su belleza. Pero pasado los años, cuando su dueña, que ya era toda una señorita, al limpiar el desván la encontró y recordó lo feliz que fue con aquella muñeca, dijo: ¡Así como yo fui feliz contigo, así que sea feliz otra niña!, la tomo entre sus manos , lavo a la muñeca, la peino y le puso lazos nuevos en sus trenzas, cambio el vestido viejo por otro nuevo y le puso zapatitos de gamuza. La llevo a un orfelinato para donarlo, pasado un tiempo en el cumpleaños de una niña abandonada, fue envuelta en papel de regalo, la muñeca quedo a oscuras hasta que escucho la voz de su nueva dueña, una niña inocente de cinco años, feliz de tener una muñeca de trapo, desde aquel día la muñeca de triste mirar, tenía el corazón contento porque aprendió que su destino era hacer feliz a las niñas sin importar que cuando crezcan la abandonen en un rincón.

Este cuento es mi aporte a la niñez espero que sea del gusto de ellos. No soy escritora pero es lo que me nace y lo pongo en estas lineas. (Ana Salazar)

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