"volare"



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"Cuento de navidad"





"AMOR PURO AMOR"

jueves, 10 de junio de 2010

....."LOS TRES CERDITOS"

Junto a sus papás, tres cerditos habían crecido alegremente en una cabaña del bosque. Y cómo ya eran mayores, sus papás decidieron que era hora de que hicieran, cada uno, su propia casa.

Los tres cerditos se despidieron de sus papás, y fueron a ver cómo era el mundo.

El primer cerdito, el perezoso de la familia, decidió hacer una casa de paja. En un minuto la choza estaba hecha. Y entonces se echó a dormir.
El segundo cerdito, un glotón, prefirió hacer una cabaña de madera. No tardó mucho en construirla. Y luego se echó a comer manzanas.
El tercer cerdito, muy trabajador, optó por construirse una casa de ladrillos y cemento. Tardaría mas en construirla pero se sentiría mas protegido. Después de un día de mucho trabajo, la casa quedó preciosa. Pero ya se empezaba a oír los aullidos del lobo en el bosque.
No tardó mucho para que el lobo se acercara a las casas de los tres cerditos. Hambriento, el lobo se dirigió a la primera casa y dijo:

- ¡Ábreme la puerta! ¡Ábreme la puerta o soplaré y tu casa tiraré!.

Cómo el cerdito no la abrió, el lobo sopló con fuerza, y derrumbó la casa de paja. El cerdito, temblando de miedo, salió corriendo y entró en la casa de madera de su hermano.

El lobo le siguió. Y delante de la segunda casa, llamó a la puerta, y dijo:

- ¡Ábreme la puerta! ¡Ábreme la puerta o soplaré y tu casa tiraré!

Pero el segundo cerdito no la abrió y el lobo sopló y sopló, y la cabaña se fue por los aires. Asustados, los dos cerditos corrieron y entraron en la casa de ladrillos de su hermano.

Pero, cómo el lobo estaba decidido a comérselos, llamó a la puerta y gritó:

- ¡Ábreme la puerta!¡Ábreme la puerta o soplaré y tu casa tiraré!

Y el cerdito trabajador le dijo:

- ¡Soplas lo que quieras, pero no la abriré!

Entonces el lobo sopló y sopló. Sopló con todas sus fuerzas, pero la casa no se movió. La casa era muy fuerte y resistente. El lobo se quedó casi sin aire.

Pero aunque el lobo estaba muy cansado, no desistía.

Trajo una escalera, subió al tejado de la casa y se deslizó por el pasaje de la chimenea. Estaba empeñado en entrar en la casa y comer a los tres cerditos como fuera. Pero lo que él no sabía es que los cerditos pusieron al final de la chimenea, un caldero con agua hirviendo.

Y el lobo, al caerse por la chimenea acabó quemándose con el agua caliente. Dio un enorme grito y salió corriendo para nunca mas volver.

Y así, los cerditos pudieron vivir tranquilamente. Y tanto el perezoso como el glotón aprendieron que solo con el trabajo se consigue las cosas.

....."PINOCHO"


En una vieja carpintería, Geppetto, un señor amable y simpático, terminaba más un día de trabajo dando los últimos retoques de pintura a un muñeco de madera que había construído este día. Al mirarlo, pensó: ¡qué bonito me ha quedado! Y como el muñeco había sido hecho de madera de pino, Geppetto decidió llamarlo Pinocho.
Aquella noche, Geppeto se fue a dormir deseando que su muñeco fuese un niño de verdad. Siempre había deseado tener un hijo. Y al encontrarse profundamente dormido, llegó un hada buena y viendo a Pinocho tan bonito, quiso premiar al buen carpintero, dando, con su varita mágica, vida al muñeco.

Al día siguiente, cuando se despertó, Geppetto no daba crédito a sus ojos. Pinocho se movía, caminaba, se reía y hablaba como un niño de verdad, para alegría del viejo carpintero. Feliz y muy satisfecho, Geppeto mandó a Pinocho a la escuela. Quería que fuese un niño muy listo y que aprendiera muchas cosas. Le acompañó su amigo Pepito Grillo, el consejero que le había dado el hada buena.
Pero, en el camino del colegio, Pinocho se hizo amigo de dos niños muy malos, siguiendo sus travesuras, e ignorando los consejos del grillito. En lugar de ir a la escuela, Pinocho decidió seguir a sus nuevos amigos, buscando aventuras no muy buenas. Al ver esta situación, el hada buena le puso un hechizo. Por no ir a la escuela, le puso dos orejas de burro, y por portarse mal, cada vez que decía una mentira, se le crecía la nariz poniéndose colorada. Pinocho acabó reconociendo que no estaba siendo bueno, y arrepentido decidió buscar a Geppetto. Supo entonces que Geppeto, al salir en su busca por el mar, había sido tragado por una enorme ballena.
Pinocho, con la ayuda del grillito, se fue a la mar para rescatar al pobre viejecito. Cuando Pinocho estuvo frente a la ballena le pidió que le devolviese a su papá, pero la ballena abrió muy grande su boca y se lo tragó también a él. Dentro de la tripa de la ballena, Geppetto y Pinocho se reencontraron. Y se pusieran a pensar cómo salir de allí. Y gracias a Pepito Grillo encontraron una salida. Hicieron una fogata. El fuego hizo estornudar a la enorme ballena, y la balsa salió volando con sus tres tripulantes. Todos se encontraban salvados.

Pinocho volvió a casa y al colegio, y a partir de ese día siempre se ha comportado bien. Y en recompensa de su bondad el hada buena lo convirtió en un niño de carne y hueso, y fueron muy felices por muchos y muchos años.

....."RATON DE CAMPO, RATON DE CIUDAD"


Erase una vez un ratón que vivía en una humilde madriguera en el campo. Allí, no le hacía falta nada. Tenía una cama de hojas, un cómodo sillón, y flores por todos los lados. Cuando sentía hambre, el ratón buscaba frutas silvestres, frutos secos y setas, para comer. Además, el ratón tenía una salud de hierro. Por las mañanas, paseaba y corría entre los árboles, y por las tardes, se tumbaba a la sombra de algún árbol, para descansar, o simplemente respirar aire puro. Llevaba una vida muy tranquila y feliz.

Un día, su primo ratón que vivía en la ciudad, vino a visitarle. El ratón de campo le invitó a comer sopa de hierbas. Pero al ratón de la ciudad, acostumbrado a comer comidas más refinadas, no le gustó. Y además, no se habituó a la vida de campo. Decía que la vida en el campo era demasiado aburrida y que la vida en la ciudad era más emocionante. Acabó invitando a su primo a viajar con él a la ciudad para comprobar que allá se vive mejor. El ratón de campo no tenía muchas ganas de ir, pero acabó cediendo ante la insistencia del otro ratón.
Nada más llegar a la ciudad, el ratón de campo pudo sentir que su tranquilidad se acababa. El ajetreo de la gran ciudad le asustaba. Había peligros por todas partes. Había ruidos de coches, humos, mucho polvo, y un ir y venir intenso de las personas. La madriguera de su primo era muy distinta de la suya, y estaba en el sótano de un gran hotel. Era muy elegante: había camas con colchones de lana, sillones, finas alfombras, y las paredes eran revestidas. Los armarios rebosaban de quesos, y otras cosas ricas. En el techo colgaba un oloroso jamón. Cuando los dos ratones se disponían a darse un buen banquete, vieron a un gato que se asomaba husmeando a la puerta de la madriguera. Los ratones huyeron disparados por un agujerillo.
Mientras huía, el ratón de campo pensaba en el campo cuando, de repente, oyó gritos de una mujer que, con una escoba en la mano, intentaba darle a la cabeza con el palo, para matarle. El ratón, más que asustado y hambriento, volvió a la madriguera, dijo adiós a su primo y decidió volver al campo, lo antes que pudo. Los dos se abrazaron y el ratón de campo emprendió el camino de vuelta. Desde lejos el aroma de queso recién hecho, hizo que se le saltaran las lágrimas, pero eran lágrimas de alegría porque poco faltaba para llegar a su casita.

De vuelta a su casa el ratón de campo pensó que jamás cambiaría su paz por un montón de cosas materiales.

....."MEÑIQUE"

En un lejano país vivía un labrador muy pobre junto con sus tres hijos, de los cuales Juanito, el menor, era muy vivo y movedizo, pero era tan pequeño que todos lo llamaban Meñique.

__Un día su padre les dijo__, me es muy doloroso tener que decirles que deben partir a probar suerte por esos caminos de Dios.

Y, sin agregar palabra, besó a cada uno en la frente y los despidió, los tres hermanos caminando varios días, llegaron cerca de un palacio raro. Preguntaron acerca de su dueño y fueron informados que era de un rey poderoso. Que hacía tiempo, por arte de encantamiento, había surgido de la tierra un enorme roble, cuyas ramas quitaban toda luz a la casa real. Que en el palacio no había agua y que cuando se escarbaba para obtenerla, los picos y palas se rompían contra el duro suelo.
Fue por eso que el rey prometió la mano de su hija y la mitad de sus riquezas a quien cortara el árbol y lograra abrir un pozo para obtener agua. El monarca, por su parte, estableció que a quien fracasara en se intento se le cercenara la nariz.

Los tres hermanos se detuvieron a contemplar el bosque, Meñique, al oír quejarse un árbol, se apartó para averiguar. Vio, entonces, que un hacha descargaba fuertes golpes sobre el tronco. Meñique preguntó lo que pasaba.

__Ya ves, niño: estoy condenado a cortar árboles, pero si me llevas puedo serte útil.
Meñique tomó el hacha y la escondió bajo su saco. A poco escuchó un ruido extraño. Se internó en el bosque y vio que el ruido era producido por el agua de un río. Siguiendo su curso, llegó al sitio de su nacimiento, y advirtió que el agua brotaba de una cáscara de nuez. Meñique pregunto lo que pasaba.

__Ya lo ves, niño __respondió la cáscara que también estaba encantada__, doy agua a este río, pero si me llevas puedo serte útil.
Meñique guardó la cáscara de nuez en el bolsillo. Al avanzar, encontró un pico encantado que golpeaba continuamente la roca. Meñique preguntó qué era lo que pasaba.

__Como ves, __respondió el pico__, estoy condenado a golpear sin cesar en la roca para abrir pozos, pero si me llevas podré serte útil.
Meñique guardó el pico bajo el saco y se juntó a sus hermanos, siguiendo adelante. Llegaron, por fin, frente al castillo del rey, en cuya puerta habían varios hombres sin nariz. Eran los que fracasaron en las pruebas.

Meñique se presentó ante el rey, decidido a someterse a l prueba.

__¿Sabes cuál será la pena si fracasas? __le dijo el rey.

__Sí, majestad; pero también estoy dispuesto a casarme con vuestra hija __repuso Meñique.

Y, ante la burlona sonrisa de todos, Meñique sacó el hacha del saco y con certeros golpes derribó el roble encantado. Luego sacó el pico y en pocos segundos rompió las rocas. Finalmente, tiró la cáscara de nuez al fondo del pozo abierto y el agua surgió en gran cantidad.
Entonces, Meñique dijo :
__He cumplido, majestad. Ahora sólo deseo casarme con la linda princesa.

El rey consulto con su hija y ésta le respondió :
__Padre mío : ahora se que nada tiene que ver el tamaño con la inteligencia, estoy dispuesta a casarme.

Y así pocos días después, se celebro la boda. Y Meñique y la princesa fueron felices para siempre.

miércoles, 9 de junio de 2010

....."LAS HADAS DE COLORES"

En un país llamado Fantasía sucede esta historia en la que las hadas luchan contra
las brujas para que los niños de todo el mundo puedan seguir escuchando cuentos.

Había una vez un país llamado Fantasía, donde vivían hadas de colores, duendecitos,
brujos y brujas que no querían que el reino de la Fantasía estuviera lleno de color y alegría.

Lumilda era una bruja que vivía sola en su castillo, se enfadaba mucho cuando contaban cuentos a los niños.

-No quiero que cuenten cuentos a los niños, porque aprenderán a escuchar, tendrán imaginación,
fantasía, ilusión, y lo que es peor, buenos sentimientos en su corazón.

-¡ No dejaré que ocurra eso!, ¡Tengo que hacer algún hechizo!

Entró en su castillo y tomó su libro embrujado y con voz muy fuerte dijo:

-Brujos y brujas que quieren el mal, que mi voz puedan escuchar, nuestra magia tenemos que
unir para que en el mundo de la realidad, cuentos no se vuelvan a contar.
Cuando dijo esto, en el cielo se vieron relámpagos y se escucharon truenos, la magia de los brujos
se había unido y el hechizo de Lumilda se había cumplido.

Y desde ese momento, en el mundo de la realidad no se volvieron a contar cuentos.

El hada Arco Iris, había visto lo que había hecho Lumilda y fue a contárselo al hada Naranja que era el hada de los niños.

-Hada Naranja, Lumilda y los brujos del mal han unido su magia, y han hecho que en el mundo
de la realidad, cuentos no se vuelvan a contar.

-Eso no puede ser!, llamaré a las hadas de colores, para ver qué podemos hacer.

Tomó su campanilla mágica y empezó a hacerla sonar:

Tilín tilín, talán talán, tilín tilín, talán talán.

Cuando las hadas de colores escucharon la campanilla mágica, fueron al palacio del hada Naranja,
y allí se enteraron de lo que había hecho Lumilda.

-¡No dejaremos que se salga con la suya!, dijeron enfadadas.

-¡Claro, que no la dejaremos!, dijo el hada Naranja.
-Nosotras, al mundo de la realidad iremos, y cuentos a los niños contaremos, de este modo, no
perderán la fantasía, la ilusión, la imaginación y los buenos sentimientos en su corazón. Todas
las hadas hicieron un coro, y con una voz muy dulce cantaron:

-Somos hadas de colores, que al mundo real iremos, y allí a los niños, muchos cuentos contaremos.

Mientras cantaban, iban colocando una piedra de color en el centro, de las piedras de colores
salieron muchos caminos, y cada hada eligió uno distinto, que las llevaría al mundo de la realidad
para contar cuentos a los niños.

Gracias a las hadas de colores, los niños pudieron seguir escuchando cuentos.

"MUÑECA DE TRAPO"



"Muñeca de trapo,

bella cuando era nueva

hoy tirada en un rincón

con lazos descoloridos

ojos de un triste mirar.


¿Quién en ese estado te dejo?

¿Quién tu belleza no supo valorar?

¿Quién te dejo tirada en un rincón?

¿Quién rompió tu corazón

muñeca de triste mirar?

Vestida de tul raído por el uso

mejillas coloradas,

aun estando abandonada

quizá por vergüenza

de estar botada en un rincón.

Ya tu dueña te dejo

por otra muñeca nueva

¿De qué sirve quejarse

del destino que te toco?

¿muñeca de triste mirar?.

Esa era la queja de una muñeca de trapo, cuando vio que su dueña la cambio por una muñeca nueva y la dejo en un desván, era una muñeca de ojos verdes y una mirada que destrozaba el corazón, tenia las trenzas desechas, el vestido sucio, descalza pero aun así conservaba su belleza. Pero pasado los años, cuando su dueña, que ya era toda una señorita, al limpiar el desván la encontró y recordó lo feliz que fue con aquella muñeca, dijo: ¡Así como yo fui feliz contigo, así que sea feliz otra niña!, la tomo entre sus manos , lavo a la muñeca, la peino y le puso lazos nuevos en sus trenzas, cambio el vestido viejo por otro nuevo y le puso zapatitos de gamuza. La llevo a un orfelinato para donarlo, pasado un tiempo en el cumpleaños de una niña abandonada, fue envuelta en papel de regalo, la muñeca quedo a oscuras hasta que escucho la voz de su nueva dueña, una niña inocente de cinco años, feliz de tener una muñeca de trapo, desde aquel día la muñeca de triste mirar, tenía el corazón contento porque aprendió que su destino era hacer feliz a las niñas sin importar que cuando crezcan la abandonen en un rincón.

Este cuento es mi aporte a la niñez espero que sea del gusto de ellos. No soy escritora pero es lo que me nace y lo pongo en estas lineas. (Ana Salazar)

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