sábado, 7 de agosto de 2010

....."LA RATITA BLANCA"

En un hermoso día de primavera se advirtió gran movimiento en el reino de las hadas. Se trataba de una fiesta que la soberana daba a su pueblo aquella noche.

A la hora convenida, las hadas, resplandecientes de oro y pedrerías, llegaron en tropel al palacio empleando los medios de transporte más extraños.

Al rayar el alba de aquel día, Angelina, la hermosa Hada del Llanto, había salido de su palacio con su varita de marfil y, al oír desgarradores ayes de dolor, se encaminó a la rústica cabaña de donde provenían los lamentos.

Era la vivienda de un leñador. En ella, cinco pequeñuelas, lindas como el día, lloraban desconsoladas la ausencia de sus padres.
Al acercarse la noche, recordando la fiesta, Angelina pensó retirarse; mas las niñas la retuvieron.

__Partiré enseguida, pensó. Cuando un grillo con voz aguda chilló en el césped :

__¡A la mesa, Angelina! el banquete comienza ya.

__Apenas duerman las niñas me marcharé, se dijo.

Estaba velando el sueño de las pequeñas cuando una luciérnaga, danzando en derredor de la bujía, replicó :

__¡Al baile, Angelina! La danza comienza ya .
Ante tales requerimientos Angelina quiso partir, pero la más pequeña se despertó; y ella, sonriendo siempre, aguardó a que se durmiera. Mas, tras breve silencio, se oyó gritar una voz terrible y destemplada :

__¡Angelina!¡Angelina!

Era la reina de las hadas que llamaba, irritada por su ausencia.

Angelina, espantada, huyó de prisa, olvidando su varita. ¡Estaba perdida; sin ella su poder había concluido!

La bondadosa Angelina no reparó en tamaño olvido sino cuando oyó los comentarios de sus compañeras :

__Ha olvidado su varita; la reina no la perdonará.

__Cómo? ,No solo te presentas tarde, sino que además lo haces sin tu varita? ¡Mereces un buen castigo! --dijo la reina de las hadas.

Las demas hadas defendian a su compañera en desgracia.
 
-Ya se que Angelina tiene cierta disculpa. Ha faltado, sí, pero por su buen corazón, el castigo no sera eterno. Solo durara cien años, durante los cuales vagara por el mundo convertida en ratita blanca.
Y así, lectorcitos míos, cuando veáis una blanca ratita, pensad que es el Hada del Llanto que cumple su castigo.

3 comentarios: