martes, 3 de agosto de 2010

....."EL TAPETE MÁGICO"

Un sultán de la India, tenia tres hijos que se habían prendado de la hermosa y graciosa princesa Nurunar. Ante esa dificultad, el sultán decidió casar con ella al príncipe que le presentara el objeto más raro y maravilloso del reino.

Los tres hermanos partieron sin demora por distintos rumbos, pensando que la decisión de su padre era la más atinada para resolver el difícil problema.

Pasado un año los tres pretendientes se reunieron en el lugar convenido. Husén compró un tapete mágico que volaba y los transportaba al lugar que se le pedía; Alí, un tubo encantado que permitia ver más allá de lo natural y ver el lugar que se quisiera y Amed una manzana misteriosa que curaba de cualquier enfermedad al que lo olia.

Viendo el príncipe Husén, el mayor, que sería imposible señalar cuál de los objetos sería el mejor, pidió a su hermano Alí le dejara probar el tubo encantado; pero sus ojos quedaron horrorizados al contemplar a la princesa postrada en su lecho, víctima de una extraña dolencia.
_¡Pronto! sentaos sobre el tapete, dijo Husén y, deseando hallarse en la habitación de la prometida, llegaron los tres en pocos minutos. De inmediato, Amed pidió a la princesa enferma que oliese la manzana y al momento ella recobró la salud.

En vista de que los tres pretendientes igualaran en objetos maravillosos, el Gran Sultán les propuso nueva prueba :

__La princesa se casará con el que dispare una flecha lo más lejos posible __ les dijo.
Husén disparó a bastante distancia; Alí lanzó la suya más lejos que la de Husén; pero el disparo de Amed fue tan raro que su flecha se perdió en el espacio. Entonces el sultán decidió que Alí había ganado la mano de Nurunar.

Después de la boda de Alí, el príncipe Husén se retiró a un convento y Amed se propuso encontrar su flecha. Vagando, semanas enteras, la encontró delante del palacio de una bellísima hada.

Esta fue la que había enviado a los vendedores del tapete mágico, del tubo encantado y de la manzana misteriosa. Y, como alimentaba en el corazón un secreto amor por Amed, recogió su flecha sabiendo que éste vendría a buscarla.

El príncipe Amed, prendado de la hermosa hada, la solicitó en matrimonio. Poco tiempo después se casaron y con su ayuda llegó a ser sultán de la India.

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