....."CABELLOS DE ORO"

Cierta vez, un pobre pastor vivía en compañía de su mujer y su hijo en una modesta cabaña del bosque.

El niño tenía los cabellos dorados como el trigo y brillaban tanto cuando la luz del sol se reflejaba en ellos que cuantos lo conocieron dieron en llamarlo Cabellos de Oro.

Una noche, Cabellos de Oro fue al bosque para reunirse con sus padres; pero, en lo intrincado del camino se extravió. Felizmente corría el otoño y en el bosque había abundancia de nueces y moras, de tal suerte que Cabellos de Oro, aunque asustado, no careció de alimento.

Tras mucho caminar llegó al confín del bosque y desde allí pudo contemplar la orilla de un mar azul, donde algunos pescadores echaban sus redes para pescar.

Uno de ellos, al ver a Cabellos de Oro, exclamó :

__¡Qué niño tan hermoso!¡Se habrá extraviado! Lo ocuparemos en la barca y cuidaremos de él.

Cabellos de Oro, al verse tan solo, acepto la hospitalidad de los pescadores y de inmediato, a modo de juego, tiró una de las redes para probar suerte.

El niño no sabía pescar y, al querer sacar la red, pareció que se había enredado en alguna roca debajo del agua; tiró fuerte y la sacó. Grande fue su sorpresa cuando apareció enredada en las mallas una corona de oro.

__¡Salve, oh rey!, exclamó el más viejo de los pescadores, arrodillándose a los pies de Cabellos de Oro.

"Hace cien años, prosiguió el anciano, que murió el último de nuestros reyes y como no dejó heredero, arrojó su corona al mar, dejando vacante el trono hasta que lo conquistara la persona que sacase la corona".

De inmediato cundió la noticia por mar y tierra. Gran multitud de gente fue a dar la bienvenida a Cabellos de Oro, que ceñía en las sienes la brillante corona.

Legando al magnífico palacio que se alzaba en el centro de la ciudad, Cabellos de Oro se aprestó a mandar a un centenar de soldados al bosque en busca de sus padres.

Al cabo de una semana volvieron los emisarios trayendo al padre y la madre de su rey. Se organizaron grandes fiestas y, desde entonces, la paz, el progreso y la felicidad reinaron en aquel país.