miércoles, 9 de junio de 2010

....."LAS HADAS DE COLORES"

En un país llamado Fantasía sucede esta historia en la que las hadas luchan contra
las brujas para que los niños de todo el mundo puedan seguir escuchando cuentos.

Había una vez un país llamado Fantasía, donde vivían hadas de colores, duendecitos,
brujos y brujas que no querían que el reino de la Fantasía estuviera lleno de color y alegría.

Lumilda era una bruja que vivía sola en su castillo, se enfadaba mucho cuando contaban cuentos a los niños.

-No quiero que cuenten cuentos a los niños, porque aprenderán a escuchar, tendrán imaginación,
fantasía, ilusión, y lo que es peor, buenos sentimientos en su corazón.

-¡ No dejaré que ocurra eso!, ¡Tengo que hacer algún hechizo!

Entró en su castillo y tomó su libro embrujado y con voz muy fuerte dijo:

-Brujos y brujas que quieren el mal, que mi voz puedan escuchar, nuestra magia tenemos que
unir para que en el mundo de la realidad, cuentos no se vuelvan a contar.
Cuando dijo esto, en el cielo se vieron relámpagos y se escucharon truenos, la magia de los brujos
se había unido y el hechizo de Lumilda se había cumplido.

Y desde ese momento, en el mundo de la realidad no se volvieron a contar cuentos.

El hada Arco Iris, había visto lo que había hecho Lumilda y fue a contárselo al hada Naranja que era el hada de los niños.

-Hada Naranja, Lumilda y los brujos del mal han unido su magia, y han hecho que en el mundo
de la realidad, cuentos no se vuelvan a contar.

-Eso no puede ser!, llamaré a las hadas de colores, para ver qué podemos hacer.

Tomó su campanilla mágica y empezó a hacerla sonar:

Tilín tilín, talán talán, tilín tilín, talán talán.

Cuando las hadas de colores escucharon la campanilla mágica, fueron al palacio del hada Naranja,
y allí se enteraron de lo que había hecho Lumilda.

-¡No dejaremos que se salga con la suya!, dijeron enfadadas.

-¡Claro, que no la dejaremos!, dijo el hada Naranja.
-Nosotras, al mundo de la realidad iremos, y cuentos a los niños contaremos, de este modo, no
perderán la fantasía, la ilusión, la imaginación y los buenos sentimientos en su corazón. Todas
las hadas hicieron un coro, y con una voz muy dulce cantaron:

-Somos hadas de colores, que al mundo real iremos, y allí a los niños, muchos cuentos contaremos.

Mientras cantaban, iban colocando una piedra de color en el centro, de las piedras de colores
salieron muchos caminos, y cada hada eligió uno distinto, que las llevaría al mundo de la realidad
para contar cuentos a los niños.

Gracias a las hadas de colores, los niños pudieron seguir escuchando cuentos.

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