martes, 8 de marzo de 2011

"CUENTOS Y CUENTITAS NÚMERO CUATRO"

Colino, el perro de Fernando, era un cachorro travieso y juguetón. Su última hazaña fue caerse del tacho de la ropa lleno de agua. Fue así como se resfrió. Además Colino tenía una costumbre muy perruna: enterraba todo lo que encontraba.

Un día Colino encontró en el jardín cuatro raíces gordas que Fernando pensaba plantar esa tarde.

El cachorro olfateó las raíces, pero como su nariz no funcionaba bien por el resfrío quedó convencido de que lo que había encontrado eran cuatro sabrosos huesos.

Sin pensarlo más, Colino enterró dos bajo la parra y dos junto al portón.

Pasó la mañana y Fernando buscó sus raíces para plantarlas porque al día siguiente irían al campo por un mes. Buscó y buscó por todos lados, pero no la encontró.

Y se fueron no más. ¡Qué lindas vacaciones pasaron!

Transcurrieron los días demasiado rápido y por fin llegó el momento de volver a casa.

Viajaron de noche. Colino fue el primero en bajar del auto, y tras él Fernando abrió el portón.

Cuál no sería su sorpresa al ver allí dos hermosas plantas de dalias rojas y bajo la parra dos plantas de dalias amarillas :
2  dalias rojas + 2  dalias amarillas

que es igual a cuatro plantas. Así :
Así es el número cuatro:
-- ¿Plantaste tú las dalias mamá?

No, mamá no las había plantado. ¡Vaya misterio!

Sólo tú y yo sabemos que Colino fue el improvisado jardinero que enterró las cuatro raíces desaparecidas.
 
Cuento de Matilde Muras.

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