sábado, 10 de julio de 2010

....."EL LEÑADOR HONRADO"


En una pobre choza, situada en el centro de un bosque, vivía un leñador con su esposa y sus hijos. El producto de la leña que cortaba el leñador servía para mantener a la familia. Y para ello, el pobre hombre tenía que trabajar con su hacha desde el amanecer hasta el anochecer.

Un día que regresaba a su casa después de una jornada de duro trabajo.

Al cruzar un puentecillo sobre el río, se le cayó el hacha al agua en un sitio en que no podía sacarlo sin peligro de ahogarse, como el hombre no sabía nadar empezó a lamentarse tristemente:

-¿Cómo me ganaré el sustento ahora que no tengo hacha?

Cuando se encontraba más abatido, vio flotar sobre el agua del río una tenue lucecilla y poco después se movió algo en la orilla y al instante, ¡oh, maravilla!, una bella ninfa aparecía sobre las aguas y dijo al leñador:

¿Qué te pasa, buen hombre? ¿Por qué te afliges tanto?

__¡Hay de mi!  He perdido mi hacha, que era la  mitad de mi vida. Sin ella mi familia morirá de hambre. __contestó el leñador.

-Espera, buen hombre: traeré tu hacha. __dijo la ninfa.

Se hundió en la corriente y poco después reaparecía con un hacha de oro entre las manos.

El leñador dijo que aquella no era la suya. Por segunda vez se sumergió la ninfa, para reaparecer después con otra hacha de plata.

- Tampoco es la mía -dijo el afligido leñador.

Por tercera vez la ninfa buscó bajo el agua. Al reaparecer, llevaba en sus manos un hacha de hierro.

-¡Oh, gracias, gracias! ¡Esa es la mía!

- Pero, por tu honradez, yo te regalo las otras dos.  Has preferido la pobreza a la mentira y te mereces el premio.

El leñador, con gran gozo, dio las gracias y colocó las preciosas hachas en su viejo saco.

Por el camino encontr'o a un vecino suyo, hombre codicioso y de poco amor al trabajo. Al saber por boca del leñador lo que le había pasado, corrió en busca de un hacha vieja y se fue al río a probar suerte. Al ll3egar a la orilla tiró el hacha y se puso a llorar. No tardó en aparecer la ninfa de las aguas, y le preguntó el motivo de su tristeza.

__He perdido mi hacha en el río__dijo, sollozando.

La ninfa se sumergió en las aguas y reapareció con un hacha de oro.

__¿Es esta tu hacha? __le preguntó.

__¡Si! __gritó él, estirando la mano para cogerla.

__Te equivocas __dijo tranquilamente la ninfa__. Esta es la mía; la tuya está en el fondo. Si quieres recuperarla, zambúllete como yo.Y

Y, haciendo un gracioso gesto, desapareció entre las cristalinas aguas del río.

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